Ostracismo

Ostracismo y fin de año. Jesús Humberto González de León.
Los Atenienses si sabían usar la democracia. Idearon un sistema para deshacerse de quienes no se preocupaban por lograr la unión de la ciudad, que no contribuían a la gloria de su pueblo, sino que solo pensaban en si mismos y en sus propias ambiciones. Para eliminar esas “manzanas podridas”, cuenta la historia que “Cada año se reunían en la plaza central y escribían sobre un trozo de cerámica, un “ostrakon”, el nombre del individuo al que querían desterrar de la ciudad por 10 años. Si un nombre determinado aparecía en 6000 votos, esa persona sería instantáneamente exiliada. Si nadie obtenía esa cantidad, la persona que acumulara la mayor cantidad de “ostraka” con su nombre sufriría por 10 años el ostracismo impuesto por la comunidad. Aquel ritual de expulsión se convirtió en una especie de festival, en el que se celebraba la alegría de desterrar a los individuos irritantes que generaban angustia y ansiedad y querían elevarse por encima del grupo al que debían haber servido”.
Sería recomendable que el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila considerara llevar a cabo un evento semejante en nuestra ciudad. Habría un buen numero de candidatas y candidatos que ni siquiera necesitarían hacer publicidad, ya que los medios y algunos grupos políticos se encargarían de promover a sus enemigos. El problema sería a donde mandarlos, ¿Que país los aceptaría? Propongo la Habana, Cuba o con Salinas de Gortari, quien de una forma prudente se dedica al ostracismo de manera voluntaria.
Durante cien años esta practica fue una de las claves para mantener la paz en Atenas, pero se suspendió cuando condenaron a un ciudadano que no era político. Así que nadie estaríamos exentos de ser juzgados. Se aproxima ya un nuevo año y estos días son propicios para hacer un balance de nuestra actuación: lo que falto hacer, que actitud podemos mejorar, lo que no se debió hacer ¿Seriamos candidatos al ostracismo?
Todas mis tías abuelas maternas quedaron viudas y al igual que mi abuela, que tiene 92 años, ellas fueron (y algunas todavía son) muy longevas. Ninfa, era muy activa y animosa, siempre andaba muy arreglada desde temprano y por la tarde dormía su siesta. Su hermana mayor, Lolita, igual o mas animosa, le gustaba cantar y tocar el piano. Ninfa, a sus noventa años le dijo a Lolita: Oye ya estamos muy grandes, ya no tardamos en morirnos. – No, espérate nomás para ver que mas inventan. -Dijo Ninfa. Los cambios de año vienen cargados de una sensación de incertidumbre, de melancolía por el que se va, pero también de esperanza por el que viene, de promesas, ilusiones, imaginación y creatividad que nos mantienen vivos y alegres. Aunque habrá algunos acontecimientos importantes en nuestras vidas, por los que tendremos que pasar, si no el año que viene, en otro, no creo en la predestinación, pero si que en cada momento tomamos decisiones pequeñas o grandes que nos llevan por caminos distintos, pero a final de cuenta nosotros elegimos y donde estemos es resultado de todas nuestras acciones previas.
Hoy es día de los inocentes, no creas todo lo que te dicen. “La verdad suele entrar por la vista y no por el oído” ¡Feliz año nuevo! jesus50@hotmail.com