Salarios Justos. (2002)
Salarios Justos. Jesús Humberto González de León.
El incremento promedio de 4.5% al salario mínimo fue resultado del acuerdo de la comisión de salarios mínimos, la cual esta integrada por representantes del sector patronal, obrero y gobierno. Estos dos últimos votaron a favor del incremento, mientras el empresarial lo hizo en contra argumentando que esa medida provocara presiones inflacionarias, una caída de los salarios reales y del empleo.
Los empresarios dicen que el gobierno da una inflación esperada del 3% y el sector trabajador pronostica una inflación del 5%, con lo que el salario perdería poder adquisitivo.
Es difícil encontrar el punto medio en el salario porque “la determinación de los salarios debe depender , no solo de la voluntad, o el consentimiento de las partes, ni de lo que se encuentre en “el mercado”, sino de una voluntad positiva de quien va a otorgar el salario de que sea de la mayor cuantía posible, para que permita efectivamente un crecimiento y desarrollo del trabajador, pero sin poner en riesgo la existencia del centro de trabajo y sin dejar de obtener un margen de ganancia razonable. Esto es una cuestión de conciencia que primero debe considerar la justicia y después llegar al desprendimiento o la generosidad que nace de la caridad. Al respecto creo que cada empresa en particular debería de analizar cuales son sus posibilidades, sin descuidar sus finanzas, de otorgar no solo un buen salario, sino un mejor nivel de vida a sus trabajadores. ¿Cuanto vale el tiempo con la familia? ¿Cuanto vale la salud? ¿Cuanto vale su libertad o flexibilidad para disponer del tiempo?. Las cuestiones de inflación y de salario mínimo son muy relativas y subjetivas. Por ejemplo como me dijo ayer mi amigo Jorge Cardenas: “Los pobres compran caro. Es decir ellos no tienen acceso a precios de mayoreo que se ofrecen en tiendas como Sams, porque no les alcanza para comprar la credencial o no cuentan con el tiempo ni el medio de transporte para desplazarse a esos supermercados.” Se debería incluir en la determinación del salario mínimo, la posibilidad de acceder a bienes espirituales y culturales, como la educación, deporte, el sano esparcimiento con la familia, los eventos culturales, el viajar y convivir con la naturaleza. Aunque quizás suena muy iluso, en otros países esto es una realidad. Aunque muchas empresas pagan por encima del mínimo, este representa 1225 pesos al mes, lo cual a simple vista no es suficiente para vivir de manera digna, ya que no da margen para imprevistos, ni para otro tipo de bienes, aparte de la comida, vivienda y ropa.
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